El 31 de diciembre de 2019, DW informó por primera vez de una misteriosa enfermedad detectada en China. Pronto, se convirtió en pandemia. Acá revisamos el desarrollo del coronavirus y las lecciones que hemos aprendido.
"Funcionarios chinos investigan la causa del brote de neumonía en Wuhan”. Con ese titular DW Español informó por primera vez el 31 de diciembre de 2019 de la noticia de la que pronto hablaríamos a diario: la pandemia del coronavirus. Después vendrían varios artículos, hasta que por primera vez se usara el concepto "coronavirus" el 9 de enero de 2020.
Entre ese acontecimiento y el primer caso reportado en Alemania, el 28 de enero, la información sobre lo que estaba ocurriendo surgía en un manto de incertidumbre y poca claridad. Desde entonces, mucho hemos aprendido sobre la última gran pandemia que ha azotado a la humanidad.
Lo que informamos: no existe evidencia de contagio persona a persona
Los expertos de la ciudad china de Wuhan están investigando a 27 personas contagiadas por una neumonía viral. Sin embargo, la Comisión de Salud de Wuhan no ha encontrado evidencia de trasmisión persona a persona, y atribuye la enfermedad a la visita a mercados pesqueros, donde también se venden animales vivos además de pescados.
Qué pasó después
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció oficialmente una "nueva neumonía de causa desconocida" el 5 de enero. Para ello, citó información preliminar entregada por un equipo de investigadores chinos que no mostraba evidencia significativa de trasmisión entre personas. Además,aseguraba que no se habían reportado contagios entre los trabajadores de la salud.
Pero el 9 de enero, la OMS hizo otro anuncio, señalando que la enfermedad podría ser causada por un nuevo coronavirus, una familia de virus que se puede transmitir persona a persona, aunque no siempre. Y citaban a las autoridades chinas, que aseguraban que si bien el virus podía provocar una enfermedad grave en algunos pacientes, no se transmitía fácilmente entre personas.
Sin embargo, los casos fueron aumentando rápidamente. El 20 de enero, la Comisión Nacional de Salud de China confirmó que el virus sí se transmitía de persona a persona. Un informe de la revista médica The Lancet del 24 de enero señalaba que era importante realizar más estudios al virus, debido a su "potencial pandémico".
Lo que informamos: no es como el SARS
El 5 de enero, las autoridades chinas dijeron que la nueva enfermedad no era causada por el mismo virus del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) que mató a cientos de personas en 2003.
Qué pasó después
Si bien el virus no es el mismo del SARS, era similar. El nuevo coronavirus, en ese momento conocido como 2019-nCoV, fue anunciado de forma oficial por las autoridades chinas como el responsable de los casos de neumonía el 7 de enero.
Poco después, un grupo de investigadores chinos publicó un borrador del genoma del agente sospechoso. Éste sugería que el virus estaba estrechamente relacionado con el que causó el brote de SARS en 2002/2003.
El 11 de febrero, el Comité Internacional de Taxonomía de los Virus adoptó el nombre oficial de "Síndrome Respiratorio Agudo Severo Coronavirus 2” (SARS-CoV-2). Para evitar una confusión con el SARS, que es más severo pero menos contagioso, la OMS a veces se refería al SARS-CoV-2 simplemente como "el virus COVID-19".
Lo que informamos: el confinamiento extremo de Wuhan genera dudas
El 22 de enero, la ciudad de Wuhan -hogar de unas 11 millones de personas- fue confinada. El transporte público fue suspendido y los vehículos privados impedidos de transitar.
Qué pasó después
El confinamiento de Wuhan duró 76 días y fue muy estricto. Poco después, medidas similares se implementaron en otras ciudades de la provincia de Hubei. Las escuelas y las universidades no volvieron a clases después de las vacaciones de invierno.
Al comienzo, a la gente se le permitía salir de sus casas, pero pronto las restricciones se hicieron más estrictas. En algunos lugares, las salidas se limitaron a un miembro de la familia cada dos días para comprar productos. En otros sitios, las autoridades prohibieron todo tipo de salidas, forzando a la gente a ordenar comida y otros elementos a domicilio.
La política se volvió más estricta, con los funcionarios yendo de puerta en puerta para realizar controles de salud y obligar a todos los enfermos a hacer cuarentena. Algunos observadores en Occidente expresaron sus dudas sobre la utilidad del confinamiento y dijeron un control así de extremo solo era posible en un estado autoritario.
Sin embargo, las medidas consiguieron reducir dramáticamente la difusión del virus. Un año después, la vida en la ciudad de Wuhan parece casi haber vuelto a la normalidad.
Cuando el norte de Italia se convirtió en el nuevo epicentro de la pandemia a fines de febrero, el gobierno de Italia impuso lo que se llamó un "confinamiento a la Wuhan". Las restricciones pusieron en confinamiento a una docena de ciudades en las provincias de Lombardía y Véneto.
Medidas similares se adoptaron en distintos rincones del mundo a medida que los números empezaron a aumentar. Sin embargo, ningún cierre fue tan estricto como en Wuhan.
Lo que informamos: la OMS dijo que era "muy pronto" para declarar la emergencia
El 23 de enero, la OMS dijo que era "muy pronto" para declarar una emergencia sanitaria mundial por la cepa recién descubierta.
Qué pasó después
La decisión de no otorgar al brote el nivel de emergencia se tomó cuando el número de fallecidos era inferior a 50. Sin embargo, el consenso cambió cuando empezaron a notificarse más decesos. La OMS convocó a su comité de emergencia el 30 de enero, dos días antes de lo planeado. La organización dijo que lamentaba haber calificado el riesgo del virus como "moderado" y admitía que el problema debía ser reevaluado luego de que las infecciones se dieran también fuera de las fronteras de China.
En el encuentro, el Comité recomendó la declaración de emergencia. El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, estuvo de acuerdo. Al hacer la declaración, se refirió específicamente a la evidencia de que existía transmisión persona a persona en Alemania, Vietnam y Japón, calificando esto como algo preocupante. Tedros dijo que se declaraba la emergencia para proteger a los países con sistemas sanitarios más precarios.
El 11 de febrero, Tedros dijo que el nuevo coronavirus era "el enemigo número uno de la humanidad". Ese mismo día, el jefe de la OMS anunció que el nombre oficial de la enfermedad era COVID-19.
Lo que informamos: riesgo del brote en Baviera es "bajo".
El 28 de enero, DW informó sobre el primer caso conocido en Alemania, pero aseguraba que el riesgo de infección para la población de Baviera era considerado "bajo". Este contagio, y otros tres que surgieron en los días siguientes, estaban vinculados a la reciente visita de una trabajadora china, quien debía dar una charla en una empresa en las afueras de Múnich.
Qué pasó después
A mediados de febrero el número de contagios había llegado a 16, 14 de los cuales estaban en Baviera. Sin embargo, gracias a los testeos, búsqueda de contactos, aislamientos y cuarentenas, el brote pareció quedar bajo control rápidamente.
Pero nuevos brotes empezaron a surgir. Si bien era posible controlarlos si se detectaban a tiempo y se contaba con los recursos necesarios, el virus siempre podría encontrar un camino. Esto se volvió más evidente cuando la OMS declaró pandemia el 11 de marzo. (dz/few)
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