NUEVO CD DE CARLOS MÉNDEZ
Mar, color local para el mundo
REDACCIÓN FACETAS
La última apuesta artística del panameño Carlos Méndez llevó más de un año y costó mucho esfuerzo. Entre Panamá y Buenos Aires se cocinó ‘Mar’, la segura consagración del músico local
2012-03-11 — 12:00:00 AM — E xcelente’, dice Carlos Méndez. -Buenísimo-, secunda el productor argentino y ex tecladista de Soda Stereo, Tweety González. Aquiles Navarro acaba de soplar la trompeta. Llena de magia el ambiente mientras los demás músicos miran entre frecuencias, grounds y pedales, y sueltan adjetivos como ‘rasposo’, ‘suave’, ‘cadencia’.
Todos confluyen en este estudio del barrio El Carmen, en un julio lluvioso en Panamá. Es una casa con el frente de piedra y en el interior no se logra adivinar un estilo de tanto cable, consolas, micrófonos. En la galería de paredes gastadas se amontona el grupo y el productor argentino Tweety Gonazález, una leyenda del rock que Méndez consiguió traer a Panamá para ponerle olor y sonidos de ‘‘Mar’’ a su disco nuevo que, justamente, se llama ‘‘Mar’’: ‘En mayo, cuando estuve en Buenos Aires para presentarme en la Feria del Libro y armar este nuevo proyecto, le dije a Tweety que venga a grabar a Panamá, que viniera acá pa’ hacer el disco. Es que es mi tierra, pues’, cuenta. En la sala, corriendo y balbuceando letras, también está la ‘Mar’ hija del artista.
Méndez, autor del premiado disco ‘De Pie’, quiere que todo salga perfecto en esta nueva apuesta que está grabando: el CD Mar, que presentará en abril. Aquí, el mestizaje sigue mandando con las influencias que él admite: jazz, rock, salsa…
La grabación de las bases fue larga, accidentada y, finalmente, lo sabemos ahora, feliz. Lo mejor del cuento completo es que las partes más importantes salieron como Méndez las soñó.
Es julio y él termina de darle forma a la primera parte del sueño. En unos meses viajaría a Buenos Aires para hacer las voces. Pero aquí está ahora, en la tierra que llama la atención de Tweety por lo descomplejizada. Y ahí está, mira fijo, escucha, pide cambios. Cocina el sueño del tercer CD. Y de ser, finalmente, lo que es: un artista.
Antes, lo sabe y supo, hay que remar.
REMAR
La escena del estudio de grabación ocurrió hace varios meses, aunque parezca una eternidad. En el medio, Méndez hizo shows privados, se lució en un unplugged con Lilo Sánchez en el centro cultural ‘Los del Patio’ y sedujo al país desde los parques de Ciudad del Saber en el Festival Verde de Cultura Musical. También, por si la lista no conforma, coqueteó con Rubén Blades. Ahora retoca su obra de arte, prepara los detalles del video del primer sencillo, ‘Nocturno Vigilante’, que dirigió Ana Endara, y sueña con llevar su mar al mundo. Pero, para llegar acá, tuvo que sudar.
Primero, el encargado de la logística del equipo de producción no podía venir desde Buenos Aires. Carlos tuvo que cargarse la cuestión al hombro: ‘Nos encargamos plenamente de la logística del disco, por eso es que mi cabeza estaba como partida en tres. Tenía que buscar la plata, encargarme del hotel de Tweety, de toda la preproducción, alquilar equipos, estudios’.
La plata para financiar bien podría ser un tema aparte, con varios capítulos: ‘Me junté con mucha gente, muchos me cerraron la puerta, otros me preguntaban ‘qué yo gano con esto’. ¡Es cultura pues! Al final, tengo que agradecer al Director Nacional de Cultura y al Programa de Ayuda Nacional, que me abrieron la puerta. Realmente funcionó’.
Después, en el estudio que tenía señado por una semana no encontraban elementos imprescindibles para grabar un disco: ‘Nos cambiamos porque llegamos y los requerimientos básicos no eran adecuados. Al ver que las cosas no funcionaban, Tweety nos dijo que veamos la opción de cambiar. Tuvimos como que salir de ese problema. Me tocó hablar con el dueño, llamamos a otro estudio y el tipo nos abrió las puertas de par en par, lo que nos facilitó todo’.
También cuestiones que se resolvieron sobre la marcha: ‘Pedimos amplificadores y no conseguimos. Tuvimos que llamar a Argentina, un amigo de mi vecino que viajaba nos pudo hacer el favor de traer cien libras en una cajeta, con amplificadores y micrófonos’.
Y todo (todo es todo: escribir las letras, componer la música, elegir los 10 temas que quedaron de 13, hablar con el productor, acordar el precio, conseguir la plata, negociar con los estudios, volver a negociar con el nuevo y desprenderse del que no ofrecía lo necesario, ver de qué sonoridad pinta el CD, si huele o no huele a ‘mar’), en la mono-organización que es hoy Carlos Méndez.
Claro que a ese ‘todo’ le faltó el punto de procurar el pan para la familia: ‘Se me metió un show en la mitad del disco, que era uno de esos show que yo necesito pa’ vivir pues, así que tuve que hacer el show un miércoles y, después del show, nos fuimos de una vez al estudio a grabar’.
¿Quién dijo que iba a ser fácil grabar un disco? Igual, pasó: ‘Eso es como lo más gratificante del disco, que pasamos problemas serios pero todos le metimos palante. Y quedó bien’.
SIN FRONTERAS, CON IDENTIDAD
En Panamá, entonces, quedó armado el esqueleto de ‘Mar’, las bases de batería, bajos y guitarra (en ese orden) de todas las canciones. Lo hicieron músicos que son marca registrada por aquí: Tito Losavio, David Caparó, Víctor Méndez, Chale Icaza, Eodrogo Denis, Mariano Massolo, Rodrigo Denis y Alfredo Hidrovo.
El propio Tweety grabó los teclados en Buenos Aires y esperó a Carlos, que fue a ponerle voz a esa combinación mortal, para mezclar el disco y masterizar. En abril vamos a conocer ‘Mar’ y las 10 canciones: Nocturno Vigilante, Desayuno Chino, Napito, Dakota, Tiempos Modernos, Ventolina, Pasos, Simple, Los Entierros y Mar.
‘Ha sido una montaña rusa de emociones, una vaina rara porque sumado a que tenía que buscar la plata y la plata no llegaba hasta el final’, cuenta Carlos hoy.
-Había sido tu gran preocupación, la financiación.
Sí, estamos hablando de plata. Panamá no está todavía como tan desarrollado en eso... Fue un poco un atrevimiento tratar de hacerlo acá, de traer a Tweety acá. Fue mucho. Conseguir las canciones también… Tengo que agradecer mucho a mi familia, porque mi esposa y mi hija me ayudaron a montones.
-Un ritmo agitado.
-Desde mayo a septiembre he dormido poco y he tenido un ritmo de vida de llegar a la casa a las dos de la mañana, 4 días por semana. Claro que tiene un costado bueno: me ha afianzado en mi carrera porque me doy cuenta que me puedo meter 15 horas en el estudio, donde realmente me siento bien, no siento el peso de las horas. Pero si no tienes una familia que te apoye, eso te puede joder.
-Mucho esfuerzo, ¿y en Panamá hay mercado?
-Me lo he planteado, tenemos un buen disco y qué va a pasar después… Si estalla todo, estoy preparado. No quiero pensar más allá, esto es trabajo y voy a trabajar.
-¿Lo disfrutaste?
-Es bien jodido pero es la música, que es lo que me gusta. Hay momentos en que la música te hace bajar a tierra de esa nube en la que estas subido, escuchas algo y dices ¡guau! Me llevé a mi hija al estudio algunas veces y viajé con ella a Buenos Aires, porque quiero que el disco tenga esa energía.
-Lograste que se haga en Panamá, con esa energía que buscabas...
-Tengo ese reto, algo interno. Claro que tengo que salir afuera porque es trabajo, pero quiero que lo que haga le llegue a mi gente. Lo mismo con Tweety y Tito (Losavio), que ellos vivan mi tierra para que se respire mi tierra en el disco. Yo quería lo que pasó acá, llevarlos a comer pescado frito a El Chorrillo, que vean esto, que conozcan las playas, la gente. Porque yo no soy del sur, ni siquiera hace frío aquí. No soy un tipo que se tome un Malbec todos los días.
-¿Qué te gustaría que pase aquí?
-Que podamos tener una ONG que nos sostenga como músicos, que haga crecer a la escena musical y que no se vicie de tanto mercadeo, de sociales y revistas. Nosotros no podemos estar en eso, tenemos que estar creando. Lo otro vienes después.
-¿Pusiste Caribe en el disco?
-Espero. También hay una vena rockera, el rock and roll siempre va a estar presente, tiene como algo de entrega que es bonito.
El CD de Méndez fue grabado en Panamá con Tito Losavio y González.
Creo que al final puse Caribe en el disco. Eso espero. También hay una vena rockera, el rock and roll siempre va a estar presente, tiene como algo de entrega que es bonito’.
CARLOS MÉNDEZ
MÚSICO
Todos confluyen en este estudio del barrio El Carmen, en un julio lluvioso en Panamá. Es una casa con el frente de piedra y en el interior no se logra adivinar un estilo de tanto cable, consolas, micrófonos. En la galería de paredes gastadas se amontona el grupo y el productor argentino Tweety Gonazález, una leyenda del rock que Méndez consiguió traer a Panamá para ponerle olor y sonidos de ‘‘Mar’’ a su disco nuevo que, justamente, se llama ‘‘Mar’’: ‘En mayo, cuando estuve en Buenos Aires para presentarme en la Feria del Libro y armar este nuevo proyecto, le dije a Tweety que venga a grabar a Panamá, que viniera acá pa’ hacer el disco. Es que es mi tierra, pues’, cuenta. En la sala, corriendo y balbuceando letras, también está la ‘Mar’ hija del artista.
Méndez, autor del premiado disco ‘De Pie’, quiere que todo salga perfecto en esta nueva apuesta que está grabando: el CD Mar, que presentará en abril. Aquí, el mestizaje sigue mandando con las influencias que él admite: jazz, rock, salsa…
La grabación de las bases fue larga, accidentada y, finalmente, lo sabemos ahora, feliz. Lo mejor del cuento completo es que las partes más importantes salieron como Méndez las soñó.
Es julio y él termina de darle forma a la primera parte del sueño. En unos meses viajaría a Buenos Aires para hacer las voces. Pero aquí está ahora, en la tierra que llama la atención de Tweety por lo descomplejizada. Y ahí está, mira fijo, escucha, pide cambios. Cocina el sueño del tercer CD. Y de ser, finalmente, lo que es: un artista.
Antes, lo sabe y supo, hay que remar.
REMAR
La escena del estudio de grabación ocurrió hace varios meses, aunque parezca una eternidad. En el medio, Méndez hizo shows privados, se lució en un unplugged con Lilo Sánchez en el centro cultural ‘Los del Patio’ y sedujo al país desde los parques de Ciudad del Saber en el Festival Verde de Cultura Musical. También, por si la lista no conforma, coqueteó con Rubén Blades. Ahora retoca su obra de arte, prepara los detalles del video del primer sencillo, ‘Nocturno Vigilante’, que dirigió Ana Endara, y sueña con llevar su mar al mundo. Pero, para llegar acá, tuvo que sudar.
Primero, el encargado de la logística del equipo de producción no podía venir desde Buenos Aires. Carlos tuvo que cargarse la cuestión al hombro: ‘Nos encargamos plenamente de la logística del disco, por eso es que mi cabeza estaba como partida en tres. Tenía que buscar la plata, encargarme del hotel de Tweety, de toda la preproducción, alquilar equipos, estudios’.
La plata para financiar bien podría ser un tema aparte, con varios capítulos: ‘Me junté con mucha gente, muchos me cerraron la puerta, otros me preguntaban ‘qué yo gano con esto’. ¡Es cultura pues! Al final, tengo que agradecer al Director Nacional de Cultura y al Programa de Ayuda Nacional, que me abrieron la puerta. Realmente funcionó’.
Después, en el estudio que tenía señado por una semana no encontraban elementos imprescindibles para grabar un disco: ‘Nos cambiamos porque llegamos y los requerimientos básicos no eran adecuados. Al ver que las cosas no funcionaban, Tweety nos dijo que veamos la opción de cambiar. Tuvimos como que salir de ese problema. Me tocó hablar con el dueño, llamamos a otro estudio y el tipo nos abrió las puertas de par en par, lo que nos facilitó todo’.
También cuestiones que se resolvieron sobre la marcha: ‘Pedimos amplificadores y no conseguimos. Tuvimos que llamar a Argentina, un amigo de mi vecino que viajaba nos pudo hacer el favor de traer cien libras en una cajeta, con amplificadores y micrófonos’.
Y todo (todo es todo: escribir las letras, componer la música, elegir los 10 temas que quedaron de 13, hablar con el productor, acordar el precio, conseguir la plata, negociar con los estudios, volver a negociar con el nuevo y desprenderse del que no ofrecía lo necesario, ver de qué sonoridad pinta el CD, si huele o no huele a ‘mar’), en la mono-organización que es hoy Carlos Méndez.
Claro que a ese ‘todo’ le faltó el punto de procurar el pan para la familia: ‘Se me metió un show en la mitad del disco, que era uno de esos show que yo necesito pa’ vivir pues, así que tuve que hacer el show un miércoles y, después del show, nos fuimos de una vez al estudio a grabar’.
¿Quién dijo que iba a ser fácil grabar un disco? Igual, pasó: ‘Eso es como lo más gratificante del disco, que pasamos problemas serios pero todos le metimos palante. Y quedó bien’.
SIN FRONTERAS, CON IDENTIDAD
En Panamá, entonces, quedó armado el esqueleto de ‘Mar’, las bases de batería, bajos y guitarra (en ese orden) de todas las canciones. Lo hicieron músicos que son marca registrada por aquí: Tito Losavio, David Caparó, Víctor Méndez, Chale Icaza, Eodrogo Denis, Mariano Massolo, Rodrigo Denis y Alfredo Hidrovo.
El propio Tweety grabó los teclados en Buenos Aires y esperó a Carlos, que fue a ponerle voz a esa combinación mortal, para mezclar el disco y masterizar. En abril vamos a conocer ‘Mar’ y las 10 canciones: Nocturno Vigilante, Desayuno Chino, Napito, Dakota, Tiempos Modernos, Ventolina, Pasos, Simple, Los Entierros y Mar.
‘Ha sido una montaña rusa de emociones, una vaina rara porque sumado a que tenía que buscar la plata y la plata no llegaba hasta el final’, cuenta Carlos hoy.
-Había sido tu gran preocupación, la financiación.
Sí, estamos hablando de plata. Panamá no está todavía como tan desarrollado en eso... Fue un poco un atrevimiento tratar de hacerlo acá, de traer a Tweety acá. Fue mucho. Conseguir las canciones también… Tengo que agradecer mucho a mi familia, porque mi esposa y mi hija me ayudaron a montones.
-Un ritmo agitado.
-Desde mayo a septiembre he dormido poco y he tenido un ritmo de vida de llegar a la casa a las dos de la mañana, 4 días por semana. Claro que tiene un costado bueno: me ha afianzado en mi carrera porque me doy cuenta que me puedo meter 15 horas en el estudio, donde realmente me siento bien, no siento el peso de las horas. Pero si no tienes una familia que te apoye, eso te puede joder.
-Mucho esfuerzo, ¿y en Panamá hay mercado?
-Me lo he planteado, tenemos un buen disco y qué va a pasar después… Si estalla todo, estoy preparado. No quiero pensar más allá, esto es trabajo y voy a trabajar.
-¿Lo disfrutaste?
-Es bien jodido pero es la música, que es lo que me gusta. Hay momentos en que la música te hace bajar a tierra de esa nube en la que estas subido, escuchas algo y dices ¡guau! Me llevé a mi hija al estudio algunas veces y viajé con ella a Buenos Aires, porque quiero que el disco tenga esa energía.
-Lograste que se haga en Panamá, con esa energía que buscabas...
-Tengo ese reto, algo interno. Claro que tengo que salir afuera porque es trabajo, pero quiero que lo que haga le llegue a mi gente. Lo mismo con Tweety y Tito (Losavio), que ellos vivan mi tierra para que se respire mi tierra en el disco. Yo quería lo que pasó acá, llevarlos a comer pescado frito a El Chorrillo, que vean esto, que conozcan las playas, la gente. Porque yo no soy del sur, ni siquiera hace frío aquí. No soy un tipo que se tome un Malbec todos los días.
-¿Qué te gustaría que pase aquí?
-Que podamos tener una ONG que nos sostenga como músicos, que haga crecer a la escena musical y que no se vicie de tanto mercadeo, de sociales y revistas. Nosotros no podemos estar en eso, tenemos que estar creando. Lo otro vienes después.
-¿Pusiste Caribe en el disco?
-Espero. También hay una vena rockera, el rock and roll siempre va a estar presente, tiene como algo de entrega que es bonito.
APOYO
Creo que al final puse Caribe en el disco. Eso espero. También hay una vena rockera, el rock and roll siempre va a estar presente, tiene como algo de entrega que es bonito’.
CARLOS MÉNDEZ
MÚSICO